Dominio y vivacidad interpretativa

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“Digitación ágil y segura, hilvanación de fraseo, precisión de sonoridad y vivacidad expresiva caracterizaron su actuación, revestida de adecuadas matizaciones rítmicas”. Diario Menorca. 23 de enero de 2001.

Después de un lógico paréntesis se han reiniciado las actividades de JUventudes Musicales en sus tres delegaciones menorquinas: Maó, Ciutadella y Alaior. Este fin y comienzo de semana han ofrecido en sus respectivas poblaciones un concierto de piano, primero del año 2001, incluido en la programación de otoño-invierno de Juventudes Musicales Españolas.

En la relación general de dicha programación se hallan inscritos jóvenes valores musicales, cuyos niveles de interpretación resultan realmente notables, siendo gozosa realidad actual y garantía de futuro. En todas las nacionalidades y regiones autonómicas cuentan ya con un admirable grupo de jóvenes intérpretes, que van prestigiando el colectivo musical español, colocándolo a "nivel europeo".

Antonio Jesús Cruz, natural de Jaén, es a sus 25 años uno de estos jóvenes intérpretes, cuyo excelente dominio de técnica pianística quedó demostrado en el desarrollo del concierto ofrecido el sábado en la Sala de Cultura Sa Nostra.

Digitación ágil y segura, hilvanación de fraseo, precisión de sonoridad y vivacidad expresiva caracterizaron su actuación, revestida de adecuadas matizaciones rítmicas, aunque con tendencia a enfatizar tal vez excesivamente los movimientos rápidos y el volumen de estos.

Desde una relativa variedad estilística -dos obras de un mismo autor, y dos de la escuela rusa, sobre cinco programadas- el pianista fue exponiendo con notable dominio, especialmente en la segunda parte, las piezas elegidas.

Interpretó con esmero y exigencia la Sonata op. 81a "Los Adioses" de L. V. Beethoven, y el difícil y complicado "Estudio op. 39, n.9", de Sergei Rachmaninoff. Expresó la singularidad compositora de sonoridad sorprendente de "Balada de los Arrayanes", y la "Sonatina del Guadalquivir", de Antón García ABril, y describió con gran vivacidad expresiva la "Sonata n. 7" de Sergei Prokofieff, finalizando su actuación con una exultante de ritmo y gracia "Malagueña", de Lecuona.

El bastante numeroso público apludió con gran satisfacción y felicitación al pianista, valorando muy positivamente su actuación.

© 2019 Antonio Jesús Cruz Martínez. Todos los derechos reservados

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