“Desde los 13 años, Antonio Jesús Cruz Martínez, está en contacto directo con el público, por lo que ya llega a los conciertos con soltura, con la suficiente dosis de veteranía y de experiencia como para desenvolverse sin ninguna dificultad. Y tiene una capacidad de transmisión muy considerable”. Recital para Juventudes Musicales de Granada. Diario IDEAL (Granada). 16 de diciembre de 1997.
En el auditorio de la Caja Rural, Juventudes Musicales de Granada ha presentado al joven pianista -tan solo 20 años- Antonio Jesús Cruz, quien, pese a su juventud, ya tiene un dilatado e interesante currículum que se inicia de la mano de la profesora Gloria Emparán y que continúa a lo largo de los años con diversos premios y distinciones, como el tercero en el VII Concurso Nacional de Piano Manuel de Falla, de JJ MM, o el primer premio en las fases provinciales y autonómicas del I Certamen de Piano Petrof y tercero nacional en el mismo certamen.
Desde los 13 años, Antonio Jesús Cruz Martínez está en contacto directo con el público, por lo que ya llega a los conciertos con soltura, con la suficiente dosis de veteranía y de experiencia como para desenvolverse sin ninguna dificultad. Y tiene una capacidad de transmisión muy considerable. Además, sabe escoger las obras que más se adaptan a su sensibilidad artística, obteniendo programas en los que está siempre presente el equilibrio y la lógica; tan lejos de otros programas que algunos presentan llenos de sorpresas, a veces un tanto disparatadas.
Para el concierto dado en la Caja Rural, Antonio Jesús Cruz ha empezado su recital con un Bach muy medido, muy logrado, fruto no solamente de unas cualidades pianísticas, sino de un estudio en profundidad de la obra del gran compositor. El Preludio y fuga núm. 8 en si bemol mayor ha sido el punto de partida, para continuar con una expresiva versión del Estudio opus 39, núm. 9, de Rachmaninov, y culminar la primera parte con la Sonata opus 22 en sol menor, de Schumann, donde Antonio Jesús Cruz realizó una aproximación brillante y exacta, plena de técnica y de sentimiento, de esta importante obra pianística.
Lamento no haber podido escuchar la Sonata núm. 7 en si bemol mayor, de Prokofiev, pero sí tuve la oportunidad de admirar una brillante Fantasía Bética, obra sobre la que demostró pleno conocimiento y dominio, ofreciéndonos con toda garantía un Falla pleno de autenticidad.